domingo, 7 de febrero de 2010

NOTICIAS PEQUEÑAS

Vuelvo a repetir una vez más mi costumbre de leer las noticias pequeñas de los periódicos. En este caso llamó mi atención una que aparecía ayer en el Heraldo de Aragón cuyo titular decía así: " Un pueblo pide a los vecinos que no se toquen los genitales".
El pueblo en cuestión es Mota del Cuervo en Cuenca y el alcalde que ha elaborado las normas para repartir entre sus 6200 vecinos es Vicente Mota de IU.
He seguido investigando un poco(pero poco eh!, símplemente poniéndolo en el google)y he dado con este artículo de AnaBarreales para el diario digital Sur.es:

"Mientras unos y otros se ponen de acuerdo en lo que al pacto de Estado por la educación se refiere, algún dirigente ha pensado: aquí hay que hacer algo. El alcalde de Mota del Cuervo, un pueblecito de Cuenca con seis mil habitantes, ni corto ni perezoso, ha repartido una guía a sus vecinos con 42 normas de convivencia. Se ve que la madre de Vicente Mota, que así se llama este buen hombre, le educó 'como Dios manda' y formó un buen chico, limpio, de los que se casan y se compran un pisito con garaje de dos plazas. La ordenanza recoge «no beber a morro», «no sorber la sopa» y «no limpiarse con las mangas de la camisa». Se ve que Mota es un individuo visual y estéticamente sensible, porque también incluye en su guía «no escupir cuando hay gente a nuestro lado» (¿Y si estamos solos?) y «no tocarse los genitales ni ajustarse la ropa interior en público». Ya saben, ese tipo de gente que necesita autoexplorarse cada pocos minutos para confirmar que todo sigue en su sitio.
Este Mota es pura sensibilidad. Ofrece desde pautas para no ser gorrón («si alguien te invita, devolver la invitación»), a otras para no incitar al vicio («no ofrecer tabaco ni alcohol a quien esté tratando de dejarlo»), pasando por «no decir piropos groseros a hombres o mujeres con los que nos crucemos». Sólo le ha faltado añadir: no coger el trozo más grande de la tarta, no bostezar haciendo ruido, pasarnos el hilo dental todas las noches y no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy.
Habrá quien se lo tome a guasa, pero esto lo tenemos cada día en los letreros callejeros que nos recuerdan lo que ya sabemos, cosas como no tirar papeles al suelo, no arrojar escombros, prohibido hacer pintadas y advertencias más o menos poéticas sobre qué hacer con los excrementos de los perros en sus obligados paseos diarios. Tengo un recuerdo imborrable de una visita a San Sebastián por una foto en el casco histórico. Descubrí tiempo después que sobre mi cabeza aparecía pintado en la pared un letrero que decía 'no mear' y, además, traducido al euskera, por si a alguno no le quedaba claro.
"

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