miércoles, 17 de agosto de 2011

MICRO RELATO 5

Abrí los ojos, pero la pereza pudo conmigo. No era capaz de levantarme. Me di la vuelta y cerré los ojos intentando volver al sueño, pero en la cocina se escuchaba trastear y un inconfundible olor comenzó a espabilarme. Mis papilas gustativas comenzaban a a deleitarse ya antes de hora. Sentía esas rosquillas de sabor inconfundible, recién hechas, algunas remojadas en anís...otras no...y todavía calientes...No podía ser verdad...¿en pleno verano? ¿sería un sueño?.
Dejé la pereza a un lado, me levanté, fui hasta la cocina y...dí paso a la gula!

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