En Budapest me impresionó mucho todo lo relacionado con los judíos y la II Guerra mundial.
Estuvimos viendo una sinagoga muy grande, que tenía un museo y una zona de homenaje (financiada por la fundación Toni Curtis), con un gran sauce de acero. En cada una de las hojas, una cifra o un nombre de personas que fueron asesinadas por los nazis.
Cerca del árbol, había unas lápidas llenas de piedras(los judíos no ponen flores, ponen piedras). En una de ellas un nombre español, Ángel Sanz Briz, que luego resultó no sólo ser español, sino también aragonés.
Nació en Zaragoza en 1910, estudió Derecho en la Complutense de Madrid y pasó a formar parte del cuerpo diplomático.
En plena IIGuerra Mundial, estuvo trabajando en el consulado en Hungría, donde ayudó a salvar a miles de judíos, unos 5.200.
El pasado 28 de Septiembre, hubiera cumplido 100 años.
Posiblemente, si hubiera nacido en cualquier otro lugar, se le hubieran hecho muchísimos homenajes...aquí, una pequeña placa de recuerdo en Peraltilla(Huesca), el pueblo de sus abuelos.
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