jueves, 26 de agosto de 2010

LA MONTAÑA


Harta de pasar desapercibida, decidió emerger de entre las aguas, para que todo el que por allí pasara tuviera que detenerse a admirar su encanto... y lo consiguió.
Ella, contenta, cada día, resaltaba el verde de sus árboles, el blanco de su nieve, lo esponjoso de su tierra...

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