Si una cosa se puede decir de mis vacaciones en general este año, es que están siendo muy musicales. Vale, me he ido a Escocia, sí. Mucho castillo, mucho kilt...pero también tuvimos la suerte de que se celebrara el festival de Jazz de Edimburgo y pudimos asistir a algunos conciertos.
No voy a hablar de los gaiteros que te encontrabas por todas las esquinas y a los que en muchos casos, podías pagar por que callaran, pero sí que es verdad que había cierto ambientillo de musico callejero de todo tipo, que daba su encanto al lugar. Desde el grupo de amiguetes que se juntaba en la calle a tocar un rato y sacarse unas libras, al músico que tocaba el serrucho con verdadero gusto, pasando también por aquellos que habían inventado extraños artefactos de los que sacaban melodías intentando atraer al público.
Quizá haya echado de menos el momento musical en los pubs. Haberlos los ha habido, pero al contrario que en Irlanda, a la gente en general, no parecía demasiado importarles el que hubiera gente tocando. Bebían y charlaban con un tono de voz bastante más cercano al de cualquier bar español que a los estirados y correctos ingleses.
Pudimos ver también lo que era un Ceilidh y la verdad es que disfrutamos como enanas...aquí también se hace, por lo menos en Zaragoza, aunque no se le pone nombres tan exóticos como este. Música en directo y danzas tradicionales. Suena la música y la gente baila...vamos, las quedadas de Cherinola.
Movidas por un ataque de fe, nos fuimos a misa en la Catedral de St. Giles, donde cantaba un coro bastante majo, y continuando con este arranque beato y por compensar el haber ido a una misa protestante, hicimos lo propio en la Catedral de St. Mary, con una misa católica...y con un coro que sonaba genial. Después de una hora, y de ver que aquello avanzaba poco, decidimos que ya habíamos cumplido y nos fuimos a ver a Bandakadabra...tremendos!
Nuestros momentos musicales no terminaron aquí. En Portree (isla de Skye) vimos una típica banda de gaitas, esta sí que me gustó...aunque el miedo a los temibles midges (mosquitos mordedores que ríete de la mosca negra)no nos dejó disfrutar.
De vuelta a casa, no pierdo ocasión de seguir escuchando música. Este fin de semana estuve en un concierto de música sefardí y en otro de B Vocal...y ahora mismo me voy a sacar la entrada para ver a Carlos Núñez en Veruela. Seguro que está genial.
Me falta encontrar el momento "baile", que mira que lo disfruto, porque es ponerme a bailar y venir una sonrisa a la cara...ya llegará!
Se admiten sugerencias!
