miércoles, 31 de octubre de 2012

¿QUIÉN GANARÁ?

ESTAMOS INVADIDOS


Intentar ir a contracorriente es muy complicado y a veces es más sencillo dejarse llevar por la marea que intentar remar.
Llevo muchos años intentandome resistir a la fiesta esta del Jalogüin, pero este año ya he decidido que si no puedes con ellos, pues...déjalos.
Ponerme a contar aquí las tradiciones españolas sería un poco largo, y además, creo que en años anteriores ya he escrito algo sobre esto. Dejo de todas formas un artículo de la Muy Interesante que habla un poco del tema. No habla de las tradiciones aragonesas, pero, si alguien quiere saber algo más, en un post del año pasado puse algo a respecto.

Halloween es una fiesta que se celebra, sobre todo, en Estados Unidos y las zonas colindantes. Sin embargo, a pesar de que cada vez más personas deciden apuntarse a la fiesta anglosajona, en España existen otras celebraciones típicas para la noche del 31 de octubre. Magosto en el noroeste de la Península Ibérica y la Castanyada en Cataluña son las principales para dar comienzo al mes de noviembre.
Magosto se celebra principalmente en el noroeste de España, aunque también se celebra en otros puntos de la geografía española, como Cáceres, Zamora, e incluso fuera de nuestras fronteras, como en Portugal. Esta festividad tiene su origen en los rituales celtas, el paso al invierno y la recogida de las castañas. De hecho en la celebración nunca faltan las castañas asadas al fuego de una hoguera.
En otras regiones también celebran esta festividad, siempre con castañas de por medio, pero con otros nombres. En Cataluña por ejemplo se festeja la conocida como Castanyada, donde además de comer castañas asadas, se degustan otros platos típicos como los panellets o los boniatos acompañados de Moscatel. Algunos historiadores sitúan el nacimiento de este ritual festivo a finales del siglo XVIII, aunque existen distintas versiones al respecto.
En el País Vasco el nombre que recibe es Gaztainerra, en Cantabria se le llama Magosta, en Asturias se le conoce como Amagüestu y el fruto del castaño viene acompañado de sidra dulce, etcétera. Sin embargo todas tienen un punto en común: las castañas asadas.

sábado, 27 de octubre de 2012

domingo, 21 de octubre de 2012

domingo, 14 de octubre de 2012

SOLO ES EL PRINCIPIO

DEVOLVER A LA VIDA LA BELLEZA

Os dejo un artículo de Punset que me ha gustado:

La belleza es la ausencia de dolor. Cuando un rostro conserva un nivel de fluctuaciones asimétricas netamente inferior al promedio –por la ausencia de malformaciones provocadas por enfermedades como la malaria–, despuntan los viejos principios de la armonía o la simetría, que el pensamiento de los humanos siempre identificó con la belleza.
Se sabe del valor único e inapreciable de la belleza, pero no siempre se ha querido evitar el dolor que la destruye o cuando menos mitiga. Se ha perseguido resueltamente la belleza en el arte o el diseño de las grandes ciudades, sin que se haya perseguido con el mismo tesón el dolor que la provoca.
Es más, hasta hace bien poco, la ignorancia o el desprecio del dolor constituía más bien un síntoma de la altura de miras e inteligencia de una persona. Cuando el dolor era insoportable, se acometían todo tipo de insensibilizaciones o atropellos biológicos relacionados con el tratamiento anestésico, causante de complicaciones biológicas innumerables. De ahí mi sorpresa, cuando en una visita programada al dentista de mi lugar de residencia, Pineda de Mar, me encontré con una nueva tecnología puesta en circulación, tentativamente, por un grupo de científicos. La propia dentista me invitó a probar y dar cuenta del resultado de una tecnología nueva destinada amodular el dolor inevitable de la intervención.
Se trataba de un instrumento óptico en forma de lentes que el paciente se colocaba a medida que se iba reclinando en el sillón ortopédico que yo asimilo a un reducto de la tortura. Me sometí con curiosidad a la prueba. En el laboratorio había podido experimentar la incapacidad del ser humano para desviar su atención cuando está presa de algo que le afecta directamente; es de sobra conocido el experimento en el que un porcentaje apreciable de alumnos no se enteran del paso por medio de la clase de un chimpancé. Se trataba de explicar a los alumnos la fijación sobreexcitada de la mente producida por un estímulo y su consiguiente dificultad en desviar la atención de la persona o el colectivo implicado.
Pues bien, en el caso que nos ocupa, el estímulo óptico descrito en el juego que pasaba delante de mi vista, mientras el dentista acometía la fechoría de la limpieza bucal primero, de la anestesia después y de la intervención quirúrgica al final, me hizo olvidarme del lugar en que me encontraba y del trabajo que otros efectuaban con mi supuesto consentimiento. El juego seguía con extremada elegancia y finura a los distintos animales salvajes que poblaban aquel lugar paradisiaco; después del juego ya era imposible distinguir en la vida lo microscópico de lo real; hurgando en la esencia de un brote verde, del esplendor de un lago natural; lo cuántico de la dimensión cósmica; el dolor lacerante de una intervención quirúrgica, de la belleza de un estímulo que provoca el olvido de todo lo malo.
Pensé, tras la experiencia de las gafas apodadas Isla Calma –que fueron capaces de hacerme olvidar la silla del dentista–, que apenas estaba la tecnología abriendo el camino para devolver a la vida la belleza que nunca debió haber perdido. Está claro que no hemos dedicado esfuerzos suficientes a disfrazar la realidad. La medicina tradicional de las enfermedades no ha sido sustituida todavía por la del bienestar. Esto requerirá que logremos disminuir la soledad, la tristeza o las discapacidades mentales por la ausencia de dolor que las nuevas tecnologías permiten esgrimir.
En realidad estaremos dando la razón a los observadores que se alegran de la gran huida de la realidad que se está produciendo. La medicina personalizada y la del bienestar están apuntando, efectivamente, a una sustitución de la realidad no querida por la belleza que el estudio del impacto de las emociones nos permite vislumbrar.

sábado, 6 de octubre de 2012